Pela la patata, córtala en cubos y hiérvela en agua con sal durante unos 7-8 minutos. Escúrrela, haz puré con un prensapuré o un tenedor y transfiérela a un bol grande. Agrega el pollo picado, el parmesano, un poco de perejil picado, una pizca de sal y mezcla. Con las manos ligeramente húmedas, forma pequeñas albóndigas, ligeramente achatadas. Espolvoréalas con un poco de pan rallado y colócalas en una bandeja cubierta con papel de horno, cúbrelo con film transparente, mételas en la nevera durante media hora pero sácalas unos 15 minutos antes de cocinarlas. Calienta un poco de aceite en una sartén grande y coloca las albóndigas en una sola capa, dorándolas a fuego medio-alto durante unos 2 minutos. Dales la vuelta suavemente, para que se doren de manera uniforme, baja el fuego, sazona, tapa y cocina durante 8-10 minutos, añadiendo un poco de agua caliente si es necesario. Decora las albóndigas con perejil fresco y sírvelas inmediatamente, después de haberlas aliñado con zumo de limón.