Remoja las lentejas en agua durante al menos 3 horas. Corta la berenjena en rodajas pequeñas y déjala marchitar en una sartén con un poco de agua (o en el microondas durante unos 5 minutos), el diente de ajo machacado y sal. Cocina durante unos 10 minutos hasta que la berenjena esté completamente cocida. Escurre las lentejas y colócalas sobre un paño limpio para secarlas un poco. Coloca las lentejas en una licuadora junto con las berenjenas y tritura todo. Deberás obtener una masa pegajosa. Transfiere la masa a un bol y añade gradualmente un par de cucharadas de harina para secar un poco la masa y hacerla más manejable. No exageres con la harina, ya que la masa debe quedar un poco pegajosa. Forma las albóndigas con las manos, aplástalas ligeramente y luego cocina en el horno a 200° hasta que estén doradas con una cucharada de aceite.